miércoles, 20 de enero de 2010

Días 4 y 5: sodio, sal, hipertensión?


El lunes fue bastante cómodo. Me levanté pronto para ir a la clínica a hacer la ecografía abdominal. Todo bien, "la vesícula limpita", dijo el médico. Caminé un rato después de eso y me fui al trabajo. Por la noche probé la crema de champiñones, que está muy rica y muy bien conseguida.
El problema vino el martes. Resulta que yo tenía una reunión a las 9 de la mañana y me puse el despertador a las 7.10 para que me diera tiempo a caminar, desayunar y prepararme con tiempo. El despertador sonó, lo apagué y me desperté enseguida (o eso pensé yo). Al mirar el reloj de la cocina vi las 7.15. Me puse mi ropa de deporte y me fui a caminar de nuevo. A mitad de camino fue cuando vi uno de esos relojes grandes, en medio de una rotonda. Las 8.18 ponía. Pensé, ilusa de mí, que estaba equivocado. Y seguí caminando como si nada. Lo cierto es que el sol estaba ya asomando, lo que me extrañó por la hora que supuestamente era. Otro reloj de esos me sacó de mi equívoco. Eran las 8.25. Y entonces fue cuando me puse a caminar como una moto, o como un velocista, lo que sea. Pregunté la hora a unas señoras para reconfirmar y, sí, efectivamente. Tuve que correr a toda leche para llegar a mi casa a las 9.40, ducharme, vestirme y desayunar rápido, llenarme el termo con la infusión de té negro y rooibos, y avisé por teléfono a los de la reunión para que supieran que llegaba tarde. Llegué al sitio a las 9.12. Sudé la gota gorda durante todo el encuentro y luego me fui al trabajo. Una vez allí, dejé pasar media hora y me comí dos galletas con un poco de infusión. Y entonces fue cuando empecé a marearme.
Después de pasar un rato y, al ver que no se me quitaba el mareo, fui al servicio médico de mi trabajo. La ATS me tomó la tensión y se le pusieron los ojos como platos. "No te voy a decir cómo la tienes, te estás aquí un momento secuestrada", me dijo. Pasaron apenas 5 minutos y me tomó la tensión de nuevo en los dos brazos. Tenía 12 8, perfectamente normal. En 5 minutos había pasado de "17 11" a 12 8. "Es increíble", aseguró ella. Diagnóstico: estrés, estrés y estrés.
Estaba claro que no podía forzar la máquina. Y me asaltaron las dudas. ¿Qué hacía con las pastillas de sodio? Se supone que el sodio, la sal, sube la tensión. Intenté localizar a mi médico y hasta que no me puse un poco borde con las de la clínica y les conté lo de la hipertensión, no hubo manera. Finalmente él me llamó. Le comenté el tema, se quedó preocupado. Le pregunté si debía reducir las pastillas de sodio (2 al día me estoy tomando) y me dijo que sí. Igualmente aproveché para consultarle algunas otras cosas y, al final de la conversación, le volví a decir: "entonces me tomo o no me tomo las pastillas de sodio?". Y me dijo: "sigue tomándotelas y reduce la sal en las comidas". ¿? Me quedé en 33. No se supone que el sodio es sal? No es más lógico que me quite alguna de las pastillas y que yo siga poniendo la poca sal que pongo en las verduras que me como todos los días? Como siempre he acudido a internet y, claro, la confusión es todavía mayor. También me dijo que el curry subía la tensión, y en una página lo recomiendan como sustitutivo de la sal para la gente hipertensa. En fin, que no sé qué pensar. Yo soy consciente de que es el estrés y los nervios (trabajo, clases, exámenes, reuniones, ejercicio, dieta) lo que ha hecho que me suba la tensión. Pero no entiendo del todo por qué sí debo tomar 2 pastillas de sodio y en cambio reducir la sal en la comida (que además uso sal marina, sal Maldon para más datos). Si hay algún médico por ahí se agradecería la aclaración.
P.D. Ya me han pedido las tostadas.. Allelluyahhh

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