miércoles, 17 de febrero de 2010

1 mes: 10,1 kg

Por fin he ido a pesarme. El día 15 se cumplía un mes desde que empecé la dieta. El resultado: 10,1 kg. Lo nunca visto. La verdad es que estoy muy contenta, he bajado mucho de grasa y me lo noto en el volumen y en la ropa. Y eso que estos días atrás no he podido salir a caminar porque llovía. Mi médico me ha citado para dentro de 15 días, cosa que prefiero porque así no me obsesiono tanto y luego también bajo más peso. Espero que la próxima vez ya pueda tener sólo 2 cifras. Para mí será algo muy importante, de gran carga simbólica y psicológica.


Ah, se me olvidó el otro día. Probé el gazpacho en sobre. Estaba preparadísima para que estuviera horrible, por lo que le piqué un poco de pimiento verde, le eché aceite virgen extra, un poco de limón, una pizca de sal maldon, un grisin a trocitos e incluso un poco de ajo espolvoreado. Bien, lo probé... y casi vomito puaj. Por qué a los franceses les da por hacer gazpacho? Que se dediquen a las omelettes y a las creppes, que es lo suyo. Mondieu, ça était terrible!!!

martes, 16 de febrero de 2010

Truquillos

Como habrán podido comprobar ya no cuento días, aunque bueno... ayer hizo un mes que estoy haciendo la dieta. Lo cierto es que debería haberme pesado la semana pasada pero mi médico no podía darme cita, así que hace casi 15 días que no me peso. Supongo que casi mejor, porque así lucirá más en la báscula cuando me pese mañana. Pero bueno, el post no iba de eso. Iba de dar trucos, que a mí me funcionan, para hacer las comidas más variadas o que, al menos, lo parezcan. Ahí van unos cuantos.

- Caldo. En lugar de usar agua, usa caldo de coliflor (para los salados claro: tortillas, crepps, sopas, purés, arroces).

- Risotto. He descubierto que si se deja el risotto en crudo en remojo con el caldo una hora antes, se queda mejor luego cuando le das calor en el microondas, como que se hincha más y se parece más al arroz.

- Bechamel. No me gusta la coliflor demasiado y siempre me daba pereza comerme la que había hervido para el caldo. El truco está en hacerle una especie de bechamel: un sobre de puré de puerros (protèifine), caldo de coliflor pero menos que lo que pone el sobre para un puré, un chorrito de leche de soja (de esa que no tiene ni azúcar ni nada) y un sobre de salsa carbonara (protèifine). Todo mezclado en la batidora. Colocas la coliflor ya hervida en una fuente de cristal y le echas la mezcla por encima. Lo pones 10 min a gratinar al horno... i voilà! Parece otra cosa.

- Para las endivias. A mí las endivias siempre me han parecido sosas, salvo con roquefort claro jeje. Así que lo que hago es coger un bol chiquitito, le echo un chorrito (una cucharadita de café) de leche de soja y la salsa carbonara... lo caliento al microondas... y ya tengo donde mojar las endivias.

Bueno... ésos son de momento. Si se me ocurren más ya los iré colgando.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Días 18, 19 y 20: 8 kilos en 20 días

Sí sí, ya sé que tengo esto un poco descuidado. Pero eso es porque he estado ocupada y, afortunadamente, con cosas no vinculadas a la dieta. Que no sea en lo primero que pienso al levantarme es ya un síntoma que más o menos me voy acostumbrando a la dinámica, ya no es algo que tengo que pensar tanto y tanto. Y supongo que no entrar aquí ha sido también otro síntoma. He pasado un fin de semana en el que he acudido a sobremesas (ahora soy la invitada de las sobremesas, salgo baratita baratita), he jugado al Singstar con mis amigos, he estudiado, he hecho de maruja y he caminado algo. Las lluvias de los dos últimos días han impedido que saliera a pasear por la mañana, pero lo he suplido con ejercicios de gimnasia de piernas y brazos (más vale eso que nada).
Y hoy he acudido al médico a pesarme por segunda vez. He bajado 2,800 k en 10 días. Y eso que estoy terminando con el periodo. Eso significa que, a falta de 100 gramos, he bajado un total de 8k en 20 días, lo que es un récord, la verdad. Para mí lo significativo será abandonar las 3 cifras y volver a pesar 2 (pronto, pronto).
En el foro de Protèifine una chica me preguntaba qué es lo que solía comer yo. Aunque la remití a este blog, le hice un pequeño resumen que también pego aquí, a quien pueda interesar. Ésta es mi rutina:
Suelo comer 3 tostadas por la mañana con un poco de aceite Ordesa (que 10 cucharadas son como 1 de aceite de oliva, aunque sólo se puede usar en crudo) con una infusión de té negro y rooibos con leche de soja (la de Mercadona natural sin aditivos está muy bien). A media mañana o dos galletas o una barrita o un diet up. Para comer suelo hacerme unas verduras al microondas con especias: brócoli con pimentón de la vera y ajo en polvo, calabacines en rodajas con curry o cúrcuma, ensaladas de lechugas variadas (rizada, rúcula, berros, romana); y también me hago salteados con poco aceite de espinacas y champiñones y alguna seta extra. Luego o bien me como un risotto (lo pongo en un bol con un poco de caldo de coliflor en el microondas) o bien una tortilla de jamón, que son las que más me gustan. A media tarde o un diet up o un postre (el de caramelo está rico). Y por la noche suelo comerme una ensalada, porque es más rápida de preparar, y una crema de champiñones o de verduras, que son las que más me gustan. A veces si he comido risotto al mediodía, como tortilla por la noche. Cuando me ha tocado ir a una fiesta intento ir ya cenada y siempre me llevo los snacks de queso encima, por si hay que vencer a la tentación. El sábado para comer siempre me reservo, acompañados de ensalada, unos Torsadines o una paella (mejor lo primero que lo segundo), teniendo en cuenta entonces que ese día no puedes ni comer galletas ni barritas. Lo que sí que hago muchas veces es que, si me quedo con un poco de sensación de hambre (sobre todo después de cenar) me como uno o dos grisines.

jueves, 28 de enero de 2010

Días 12 y 13: Ver - dura

No sé si es que me estoy pasando con los platos (aunque sigo en cetosis) pero el caso es que me estoy quedando sin reservas de verduras. Voy todos los sábados al mercado y compro un montón. Pero aun así, ya sólo me quedan calabacines y un triste pimiento en la nevera. Tengo en el congelador espinacas y brócoli, eso sí, pero alucino con lo rápido que se me termina todo. Sólo me queda una crema de champiñones y, la verdad, es que la estoy reservando como si fuera una joya, una delicatessen. El otro día se me ocurrió probar la crema de espárragos y picatostes y no sabía a nada (y eso que la hice con caldo de coliflor). No me quiero ni imaginar cómo será la crema de tomate o el gazpacho. Tienen pinta de estar chungas, no sé por qué. El caso es que se me van acabando las otras cosas y ahí van quedando ésas... ahí, olvidadas. Tarde o temprano me las tendré que comer, lo sé. Pero bueno, hay que probarlo todo para luego poder hacer un pedido con todo lo que me gusta. Por ejemplo, ayer me sorprendió el yogur de plátano y almendras, que estaban caramelizadas. Estaba muy rico y nunca se me hubiera ocurrido pedirlo (estaba en el surtido de postres de yogur que me pidió el médico). Vete a saber, con la misma el gazpacho de sobre me encanta (lo dudo :P ).

martes, 26 de enero de 2010

Día 11: La hora de la verdad


Han pasado 10 días y finalmente había llegado la hora de pesarse. Me fastidiaba tener hora a las 16.30 porque tendría que pesarme recién acabada de comer, y también estar en los días previos a la regla, cuando se supone que se retienen más líquidos y es más difícil que se refleje el peso perdido. El caso es que me pesé. Y había perdido... ¡¡¡ 5,100 kg!!! La verdad es que fue una sorpresa para mí. Esperaba bajar, pero no tanto. Mi médico estaba también muy contento, con una sonrisa de oreja a oreja. Sé que la próxima semana no bajaré tanto, pero lo importante es seguir haciéndolo bien, como lo estoy haciendo. :) 

domingo, 24 de enero de 2010

Días 8 , 9 y 10: Fin de semana de retos

El título elegido para este post no es nada exagerado, os lo aseguro. El viernes tenía una fiesta de cumpleaños de mi amigo E. Suponía toda una prueba de fuego para mí por la cuestión de la dieta. El primer reto fue que hice un bizcocho para llevar a la fiesta. A mí el dulce no me tienta especialmente y los ingredientes en crudo (harina, huevo, yogur, azúcar, levadura...) tampoco suponían un peligro. Lo hice y no hubo problema.
Luego me preparé bien para no pecar durante la fiesta con varios trucos: cenar en casa, comer Torsadines boloñesa que me encantan, comerme una buena cantidad de verduras que me dejasen saciada, y llevarme una bolsita de snacks de queso por si se alargaba la noche y me entraba el hambre.
Así lo hice. Primero, claro está me cociné un brócoli al microondas con lo habitual (pimentón de la vera, sal Maldon y un poco de aceite); luego me comí pimientos verdes con un toque de curry; y luego los torsadines. Al llegar a la fiesta la verdad es que estaba muy llena. Pero cuando pasó por delante de mí una bandeja de nachos con guacamole, nata, frijoles y carne molida casi me caigo de culo. Menos mal que en realidad no tenía hambre. Si no no sé si hubiera podido aguantar. En fin, que me pasé la noche alejada de la mesa, en la zona de los sofás. Se me hizo más duro, y nunca lo habría imaginado, no estar tomando algún refresco o algo que también me llenara. Al parecer no se puede tomar ni coca cola (light o de ningún tipo) ni bebidas con gas. Y claro... estar 3 horas en una fiesta bebiendo sólo agua deprime un poco. Pero bien, lo llevé dignamente. Los snacks de queso me supieron a gloria y me ayudaron a aguantar un poco más.
Al día siguiente, después de clase, pasé por el mercado. Compré coliflor, brócoli, calabacines, pimientos, champiñones, varios tipos de lechuga... y orégano y albahaca a granel. Esa tarde también tenía planes: a las 18.00 ir a ver el partido del Gran Canaria de Baloncesto, y luego a las 20.30 horas, acudir al concierto en el Auditorio de la London Philarmonic Orchestra, con una pianista de lujo, Mitsuko Uchida. Así que me llevé un tupper con unos creppes, que merendé en la media parte del encuentro, y una tortilla, por si se les ocurría a mis amigos ir a cenar y yo tenía que improvisar. El Granca ganó en un partido de infarto y el concierto estuvo muy bien, sobre todo por la solista japonesa. Al terminar mi amigo J. recibió una llamada de unos conocidos que estaban en una pizzería empezando a pedir para cenar. Me armé de valor y él y mi amiga M. me acompañaron al coche y allí me comí mi tortilla, acompañada de un par de grisines. De ahí llegamos a la pizzería y con la excusa de "yo ya he cenado", me pasé la cena tomando agua mientras ellos se compartían una ensalada de pollo, un carpaccio de buey, y dos pizzas que olían muy bien. Todavía no entiendo cómo pude aguantar eso. Intentaba mirar a los ojos de los de la mesa, evitar la mirada al plato de pizza, e intentaba llenarme con agua. Al salir del restaurante mis amigos querían ir a un concierto, en un bar de copas. Pero entre que estaba cansada y que me deprimía la idea de seguir más horas bebiendo agua y sólo agua, decidí irme a mi casa. Bastante había aguantado. Cuando llegué a casa lo primero que hice fue asaltar la bolsita de snacks de queso. Benditos sean.

Hoy domingo me levanté temprano y estuve haciendo caldo de coliflor para tenerlo para las creppes, los risottos y las tortillas, que así están más sabrosos.Desayuné mis tostadas y me comí, además de la coliflor hervida, un risotto de gambas que me quedó en su punto. Por la tarde me comí 6 snacks de queso porque me parecía muy pronto para merendar. Y la cena prevista es ensalada y luego una crema de champiñones, que me encanta.
Mañana lunes es el gran día. Tengo cita con el médico para pesarme. :S

jueves, 21 de enero de 2010

Día 6: Bienvenida Mrs. Cetosis


Ayer fue un día suavecito. Decidí tomarme las cosas con más calma e intentar no estresarme ni con la dieta ni con nada. Mi presión estaba bien. Le comenté a la ATS mi duda con lo de la pastilla de sodio y me recomendó que sólo me tomara la de la hora de la comida, porque por la noche se asimilaba más la sal. Me comí la ya habitual crema de cereales acompañada de una infusión de té negro y rooibos y llené con esa mezcla un termo de Starbucks que me regaló mi amiga A. A media mañana me tomé un Diet Up, que no se mezcló demasiado bien (tendré que hacer gimnasia de brazos o algo...) y aguanté bien hasta la hora de comer. Ahí me esperaba un brócoli al microondas con sal Maldon y pimentón de la Vera (como en la próxima visita mi médico me diga que no lo puedo usar me da algo), y una creppe de jamón, a la que, en lugar de ponerle agua, le puse caldo de brócoli que tenía hecho ya en la nevera. La verdad es que me supo. Y me decidí a comprobar, por fin, si ya estaba en cetosis. Compré Antiracetona, que viene con 50 tiras para medirla en la orina. Esperé 15 segundos y..... Siiiiii!!! Según el color que indicaba en las instrucciones, era un nivel máximo de cetosis. Así que me sentí muy bien, sobre todo por saber que al menos lo estaba haciendo todo bien.
Después de la buena noticia me dediqué a estudiar francés ya que tengo un examen mañana. Antes de irme al trabajo de nuevo me comí para merendar un postre de yogur de pera straciattella (qué manía con lo italiano) que estaba bastante, bastante... repugnante. Era muuuy dulce, empalagoso. Puaj puaj. Salí a las 22.00 de trabajar y una vez en casa me preparé un risotto de gambas (muy rico) y una ensalada de lechuga romana. Al aliñar la ensalada no sé qué pasó que me equivoqué y cogí el vinagre de arroz que uso para platos japoneses. ¡Horroooor! no me tocó más remedio, por si acaso, que volver a poner la lechuga en el colador y lavarla bien otra vez. La verdad es que tenía bastante hambre, porque era ya muy tarde (habían pasado 4 horas desde que había comido algo) y disfruté la lechuga como si de un manjar se tratara.